viernes, 18 de julio de 2008

The Dark Knight: una noche muy, muy oscura

Es difícil comentar de manera tranquila y sobre todo imparcial sobre el que para mí ha sido el film que he esperado con más expectativas. Pues no sólo teníamos a un Batman que "renació" en "Batman Begins" (2005) luego de que por ella pasara la nefasta mano de Joel Schumacher, sino sabemos que en el coche estaban dos personajes que con estas últimas entregas del Caballero de la Noche han confirmado toda su calidad: el director Christopher Nolan y el protagonista Christian Bale. Bueno, Nolan ya nos había demostrado su ingenio y habilidad a la hora de plasmar un buen relato en la pantalla grande y con resultados tan atrapantes como enigmáticos. Y muestra de ellos son sus 4 primeros films: "Following", "Memento", "Insomnia" y "The Prestige" (esta última realizada entre las dos entregas de Batman. Y Christian Bale, aquel niño que podemos presenciar en la película de Spielberg "El Imperio del Sol", ha crecido y retomado su carrera con papeles secundarios (como en "Shaft" donde hacía del engreído villano) hasta protagónicos (veamos su extrema transformación en "El Maquinista), pero es su transformación en el Batman de Nolan que lo ha devuelto al primer plano cinematográfico, no solo regalándonos un (anti)héroe muy completo, sino realzando sus bonos en el medio (para el próximo año se espera "Public Enemies", película de gangsters del también genial Michael Mann y donde será la contraparte de otro talentoso: Johnny Depp).

A todo ello, es inevitable mencionar de toda esta expectativa mediática generada por un evento realmente penoso: la temprana muerte de Heath Ledger, actor australiano que da vida al Joker. Este hecho producido en Enero de este año levantó las expectativas por el ver el film, es decir, que las ganas y el casi ya deber de ver esta cinta estaban por las nubes. Pues Indiana Jones decepcionó a muchos (dentro de los cuales no me incluyo), pero este "Dark Knight" creo que no lo ha hecho. Las críticas (y seguro también la taquilla) se han rendido a sus pies, un fenómeno por demás extraño debido a todo ese cansino torrente de Spidermans, xmens, hulks y demás. Los superhéroes, gracias a las demandas de la mayoría del público cinéfilo (claro, que solo puede "gozar" de taquillazos americanos debido a las "precisas" carteleras que nos ofrecen los distribuidores), han copado la pantalla grande. Y a priori, "The Dark Knight" es una película sobre un superhéroe (Batman) que combate el crimen y al malo malísimo (Joker). Pero esto es solo su premisa, porque Nolan y compañía nos dan un producto que se aprovecha de estos personajes populares y crean una historia digna del mejor film criminal o del más potente drama humano. Nolan respeta los elementos del cómic y de la cultura "Batman", pero parte de ahí para darnos en el celuloide 2 horas y media del más perverso, cruel y negro porvenir humano: el bien contra el mal y todos los desastres que genera esta confrontación.


El film atrapa de principio a fin. Abre con un escena brillantemente trabajada por la inteligencia de los hermanos Nolan. Un atraco perfecto es la escena perfecta para dar el puntapié inicial a esta cinta. Y nos marca una tendencia de las 2 horas y media de "Dark Knight": el Joker siempre, siempre está en control. Una mente maestra, un brillante sociópata está suelto y cada cosa que ocurre está ideada por su malvada inteligencia. Como lo menciona en una parte de la cinta, siempre tiene un "as bajo la manga". Y los gangsters de turno no tienen otra que acudir a él ante el plan de contingencia preparado por Batman, el comisionado Gordon y el fiscal Harvey Dent. Pero vemos como el Joker toma todos sus movimientos y atracos como una simple experiencia placentera. Y no nos centramos en que para él todo es un juego y para riéndose, no, sino que en todo momento, el Joker disfruta la destrucción y solo aspira a una cosa: más. Pues no hay nada mejor para el Joker que contar sus traumáticas experiencias de niño antes de desgarrarle la boca a cada una de sus víctimas. Es un sadomasoquista, un psicótico, un enfermo, y todo lo hace con la única intención de provocar caos y más caos, estableciendo un mundo (en sus propias palabras) "sin reglas" y en estado de "anarquía". Y por el otro lado está el héroe de turno, o mejor dicho, el antihéroe. Porque a diferencia del simpático Spiderman o el dorado Superman, Batman es un personaje tan negro y lúgubre como su traje. Y es que Batman es visto con desconfianza por muchos (y obviamente aborrecido por los malechores), mientras que su alter-ego, el multimillonario Bruce Wayne, es un playboy con la imagen de niño engreído y descuidado, a los que acuden los personajes de las altas esferas sólo por interés o por guardar la apariencia. Pero en sí, Bruce es visto de mala manera por la sociedad de ciudad Gótica, y el drama es que él mismo ha construido esa negativa imagen y carga con ella día tras día. Muy por el contrario está la tercera parte en cuestión, y el que es en sí no sólo el tercer protagonista del film, sino podemos decir que es sobre quien recae la mayor carga moral y dramática del mismo: el flamante fiscal de distrito, la "esperanza" de un mañana mejor, el "caballero blanco" de ciudad Gótica, el D.A. Harvey Dent. Pues es este personaje el que trata de poner a los malos en su sitio, siempre bajo su forma de combatir el crimen, no con máscaras como Batman, sino con un plan establecido, que no solo acabe con el mal, sino que saque a relucir todo el esplendor de la justicia, paso que de continuación a la pequeña pero todavía existente esperanza de un "amanecer" en ciudad Gótica. Dent expone sus triunfos y los comparte con el pueblo (como buen político), mientras que Batman siempre trabaja desde la oscuridad, bajo las sombras, entregando sin recibir nada a cambio. Y Dent sufre el mayor drama al cambiar totalmente de persona, de identidad, y pasar de ser el caballero en búsqueda de justicia a ser la representación pura de la venganza y el odio contra el sistema, una lección que le fue impartida por el anárquico Joker.

Es en este trío de personajes en los que se basa la película y todo el ventarrón de posiciones morales, conflictos éticos y principios destruidos junto con la esperanza del "mañana mejor". Batman, Joker y Dent-2 Caras son paradigmas de diferentes posturas que podemos encontrar hoy en día, desde el héroe resignado hasta el terrorista imparable, pasando por el idealista traicionado o el loco entregado a su labor. Podrán partir de un cómic, pero la maestría de Nolan está en haberlos transformados en personajes que generen una gran reflexión en nosotros, llenos de humanidad, derrota y perdición. Todo queda resumida en las escenas donde se encuentran estos tres personajes: veamos la escena donde un Joker entregado dispuesto a morir se pone la pistola en la cabeza mientras llena de ideas al desesperanzado fiscal Dent y, técnicamnete, da origen al malvado 2 Caras. Es casi un reflejo de un idealista extremo tomando un pedazo de alma desgarrada y moldeándola a su gusto, un pequeño guiño al terrorismo sin ninguna duda. O sino toquemos la que a mi gusto es la mejor escena del film, el interrogatorio de Batman al Joker, en el que este, una vez más, está con la sartén por el mango y controla no solo la situación, sino a nuestro mismo héroe, logrando finalmente que el encapuchado rompa sus propios límites y lo muela a golpes. El Joker le dice que no busca matarlo porque sino no tendría nada que hacer. Pues así es, son polos opuestos, pero que se necesitan. Y la vida y el drama humano está hecho de estos personajes, porque sin Joker, ¿a quién perseguiría Batman?, y sin Harvey Dent, ¿quién asumiría los honores que representa ser un héroe?, y sin Batman, ¿quién se embarraría las manos como debe de ser para acabar con el mal? Las puntas del tridente están bien marcadas, cada uno con sus conflictos, y nos demuestran lo bidimencionales que podemos ser los seres humanos, intentando hacer una cosa, pero resultando realizar otra. Batman, Dent y hasta el Joker (que termina por fracasar en la parte de los botes por ejemplo) son fieles ejemplos de lo que Nolan trata de transmitir con esta película: desesperanza, tristeza y una gran impotencia, todo esto envuelto en una gran máscara conocido, comúnmente, como hipocresía y desidia civil.


Claro que Nolan, con toda su maestría, nunca hubiera sido capaza de transmitir todas estas sensaciones sin el gran trabajo del elenco, y véanlo, un tremendo elenco. Christian Bale nos confirma su talento y nos crea esa interrogante entre determinar quien es el mejor Batman de la historia, si él o Michael Keaton (lo siento por los hinchas de George Clooney, pero el buen Giorgio estuvo perdido como el caballero de la noche). Es cierto que Bale no tiene tanto tiempo de pantalla como en "Batman Begins" por lo que podríamos considerarlo a nivel de un secundario. Es en sí toda la amalgama de personajes los que dan vida al fin, siendo la oscuridad la verdadera protagonista. Y está también Aaron Eckhart, quien nos deslumbró con su atractiva performance en la ingeniosa "Gracias por fumar". Pues ahora lo hace bien en la piel del idealista y joven fiscal de distrito, dándonos esas dosis exactas de heroismo cívico mezclado con ambición personal, porque antes de líder de la ciudad, Dent es ante todo un buen político. El personaje como 2 caras pudo haber dado para más, pero la película (y el Joker en sí) no podían dejar que hubiera otro villano de peso en la palestra. Pero el fiscal Dent que crean Nolan y Eckhart está muy bien.

Y está el Joker de Heath Ledger...

El finado actor australiano toma la posta de César Romero o el gran Jack Nicholson como el némesis de Batman: el Joker o Guasón. Al enterarme de la noticia que Ledger lo interpretaría, salió a relucir cierto grado de escepticismo, y creo que no fui el único. Y es que el australiano era conocido por esa mirada trsite y apariencia taciturna, tranquilo y entrañable en roles como el de Ennis del Mar en la notable "Brokeback Mountain". Pues bien, Ledger asumió el rol y sobre todo asumió la carga psicológica de interpretar a este Joker no como el payaso lunático y chiflado de Romero o de Nicholson, sino como un verdadero psycho, un demente con ansias de matar y hasta de morir por su causa, un verdadero terrorista de estos tiempos como lo han catalogado las críticas. Obviamente el diseño del personaje ayuda mucho: ese pelo verde desordenado, esas tenebrosas y gigantes sombras en los ojos, el formidable detalle de la sonrisa extendida que cubre las cicatrices en sus mejillas. Todo está genial en el diseño de este diabólico Joker, pero Ledger se funda en el traje y lo llena no solo de crueldad, sino de matices, tantos que en algún momento nos hace sentir cierta simpatía que en alguna ocasión genera risas entre los espectadores. veamos la espectacular escena en la que el Joker se presenta ante el grupo de mafiosos. Estos hablan de cómo salirse de la estrategia creada por Batman, Dent y Gordon, cuando entra este "payaso" con un caminar peculiar, gestos intranquilos, y que rápidamente toma el control de la situación con su accionar (y con el "truco del lápiz" claro está). Pero lo acusan de raro, de fenómeno, de freak, a lo que el responde que no lo es, que no es un fenómeno. Porque el Joker es un ser marcado, por cicatrices en su piel, y en su alma. Trata de proliferar el terror y el caos siempre con sus propias estrategias y su agenda, pero todo esto teniendo en el fondo un sentir triste y apesadumbrado.

Como Batman, el Joker trata de combatir sus demonios y los expresa, a más no poder, con una malvada desfachatez llena de muertos y explosiones, en los que sus cuchillos y risas al ver la sangre llenan su espacio, su corazón porqué no. El Joker se ríe mientras Batman técnicamnete lo tortura o mientras nuestro antihéroe lo ha derrotado finalmente y lo deja colgado del edificio. Y todo esto porque el Joker sabe de antemano que ya ganó, porque el caos ya está sembrado en ciudad Gótica. Veamos nomás como acaban los personajes: Batman convertido en un villano más, cargando las fechorías de sus rivales sobre sus hombros; Harvey Dent, muerto en vida, destrozado por la muerte de su amada, sin esperanzas él y por ende dejando sin esperanzas a ciudad Gótica; Gordon viendo como tiene que acusar injustamente a Batman para mantener la esperanza, y como con esto se pierde a un aliado importante, un amigo; o sino veamos a los personajes menores, ya que la resignación y la pena embargan tanto al mayordomo Alfred (al quemar la carta de Rachel y llevarse su confesión a la tumba) o de Lucius Fox (al renunciar y dejar para siempre su incondicional y secreto apoyo a Wayne/Batman). Todos, absolutamente todos terminan con ese horrible nudo en la garganta generada por la derrota y que solo tienen por delante un mañana aún más negro.


En estos tiempos de remakes y películas de balas o animalitos animados, que bueno es saber que podremos gozar del trabajo de gente joven y con un talento tremendo como el de Christopher Nolan. Y es que en este rincón reconocemos la magia de Steven Spielberg, pero creo que este ya encontró su match como story-teller: Nolan nos demuestra y ratifica que es un grande a la hroa de contar un cuento. Maestro de la distorsión narrativa y los twists (Following o Memento), de los dilemas éticos y callejones sin salida (Insomnia) o de los choques antagónicos, la competencia y ambición humana (The Prestige), el británico se perfila como uno de los grandes de la industria. Su talento y su visión para, y lo afirmamos una vez más, tomar una historia de cómic, un héroe como Batman y una base usada un millón de veces en el cine como lo es la lucha entre el bien y el mal, para darnos una fábula de 2 horas y media en la que vemos como las emociones humanas nos marcan el ritmo de vida y nos corroen, hasta volvernos en personajes, no importa si somos héroes o villanos, que nos movemos creyendo hacer algo, pero obteniendo resultados muy diversos. Es desesperanzador al máximo, triste y negativo, pero es su visión de esta era y razones no le faltan. Y es que si bien es cierto ciudad Gótica, Batman o el Joker son elementos de la más fantasiosa imaginación, pues lo que recrean es perfectamente ubicable en estos tiempos. Pues el Joker ganó, y esperemos que no lo haga en esta vida, aunque va por el camino. Debates de lado, una gran película, un clásico del cine de superheroes (la mejor sin lugar a dudas), pero también ya se ganó un lugar entre las grandes cintas de crimen, pero sobre todo, de aquellas cintas que nos dan una cachetada sobre lo podrido que puede llegar a ser en ocasiones el accionar humano.
PD: Y si le quieren dar el Oscar a Ledger por su Joker, sería lo más sabio que haya hecho la Academia en años. Y no sólo por el sentimentalismo, sino porque en realidad es un villano que representa tantas cosas, y todo gracias a la transformación total del australiano, irreconocible en la película. Sólo lo notamos en esta escena:


...QEPD maestro Heath.

Nota: 19/20