viernes, 22 de noviembre de 2013

Rumbo al Oscar 2014: Gravity



Gravity (2013) es la película del momento. Y es que no sólo consiste en un film revolucionario a nivel técnico y estético, sino que es una de las más claras contendientes para los próximos premios Oscars 2014. La cinta dirigida por el mejicano Alfonso Cuarón narra las peripecias de los astronautas Ryan Stone (Sandra Bullock) y Matt Kowalsky (George Clooney) para sobrevivir en medio del espacio luego de que una misión espacial saliera mal. Una experiencia agobiante y extrema tanto para los protagonistas como para todos los espectadores.

Lo que más resalta de Gravity es el aspecto visual: simple y llanamente la película es espectacular, digna de verse en pantalla grande y, aun más, en 3D. No soy muy devoto del 3D, me parece que muchas veces se prioriza este recurso sorbe la historia, cuando debería ser simplemente una herramienta más al servicio de la narración. Pero en Gravity el 3D está totalmente justificado, en especial si consideramos que uno de los puntos centrales de la película es la ausencia de gravedad y cómo esto influye en las personas y objetos que flotan por el espacio exterior. Y no sólo ello, sino que los efectos especiales de esta película son precisos, ya que no sentimos que estamos frente a un juego de simulación, sino que realmente uno cree que está siendo testigo de accidentes espaciales de grandes proporciones. La fotografía de la película no hace más que resaltarla belleza de “Gravity”, destacándose los precioso cuadros de los astronautas con la tierra de fondo y todo el juego de luces y colores que decoran el celuloide.


Tal vez el mayor acierto de Gravity es la magnífica dirección de este prodigio llamado Alfonso Cuarón. Haciendo gala de una de sus ya marcas registradas, Cuarón abre el film con una potente toma continuada que cumple su cometido: atrapar al espectador y hacer que se siente como en un tour, en medio de toda la acción. Cuarón tiene nervio y sabe dónde poner la cámara, pero además sabe moverla y sabe cuándo concentrar la acción: ya sea en un plano abierto donde el espacio reduce en su mínima expresión a los astronautas o en un primer plano contenido de Sandra Bullock por minuto y medio, Cuarón demuestra que entiende el lenguaje cinematográfico. 

La dirección de Cuarón es complementada por un cast mínimo pero acertadísimo. Sandra Bullock, una de las actrices más resistidas del medio (en especial luego de ganar su primer Oscar) sorprende. Compone un personaje marcado por una pérdida pasada que tiene que aprender a querer vivir. Causó mucha sorpresa el cast de Bullock (en realidad el papel era de Angelina Jolie), pero como está diseñado el personaje, la buena Sandra demostró ser la decisión acertada: Stone es un personaje inseguro, torpe e inseguro, todas estas cualidades terrenales que una actriz natural como Bullock puede manejar. En aquellos momentos de mayor carga dramática (la escena de la conversación con el ciudadano chino por ejemplo) Bullock está notable y esto es lo que probablemente la lleva a ser una runner-up a mejor actriz. Clooney tiene un personaje mucho menor, pero cumple siendo, una vez más, bastante Clooney. Y eso no es algo malo; así como el inolvidable Cary Grant, el buen Giorgio está más allá del bien y el mal y tiene eso tan simple como difícil de conseguir que lo catapulta como al estrella que es: carisma.


Pero donde Gravity falla es en el guión. Una de las mayores virtudes del arte cinematográfico es (o al menos debe ser) sorprender. Y que no se malinterprete, a nivel visual Gravity sorprende e impacta, pero a nivel narrativo sentimos que la película se queda a medio camino. Si usted lee la premisa, sobre dos astronautas buscando sobrevivir en el espacio luego de un accidente, pues eso es lo que se encontrará en la película, y nada más. Esa es la historia. Es cierto, Gravity también es la historia de reencuentro con uno mismo y con las ganas de vivir y nos e queda en al simpe aventura espacial, la cual además no es una tarea sencilla. Pero no parece haber mayor desarrollo: Stone tiene que ir de un pinto “A” a uno “B” y de ahí a uno “C” y de ahí a la tierra. No hay más. Y el suspenso de si Stone podrá sobrevivir o no se ve destruido a los 10 minutos de película cuando el personaje de Bullock suelta la frase clásica “Creo que no sobreviviré”. Con esa frase, selló su destino: sobrevivirá.

En el cine, o en todo arte narrativo, tiene que existir una acción dramática. Y la acción dramática de Stone es una muy fuerte: sobrevivir. Pero además tienen que existir obstáculos y un camino empedrado para lograr completar tu acción (o fracasar en el intento). Pero la película no presenta mayores sorpresas en la construcción de obstáculos para la sobreviviente. Es más, el “malo” de la película puede considerarse a la nube de desechos que revolotean por el espacio, o las constantes indicaciones en idiomas extranjeros de cómo manejar las nave, presentándose estos “villanos” repetidamente durante el metraje, lo que hace que el guión quede algo “hueco” a la hora de proponer nuevos retos a los protagonistas.  En ese sentido, la historia presenta acción dramática, pero sin desarrollarla ni retarla a lo largo de la película. Así, Gravity puede estar más cercana a Avatar (2009) de lo que se cree: película visualmente impactante que presenta una historia que es desarrollada de la manera más simple posible. A pesar de ello, la sensación que al final deja Gravity es la de espectacularidad. Y sería una gran opción para los Oscars del próximo año.

Nota 17/20