jueves, 12 de marzo de 2009

Frost/Nixon: la eternidad del fracaso y del éxito

Richard M. Nixon debe ser uno de los personajes más suculentos para las creativa mentes que a partir de datos verídicos inventan sucesos que nos invitan siempre a pensar en lo que pudo ser y no fue, siempre llevados por la exageración y cierto aire al (pre)juicio. Desde ser interpretado por el gran Anthony Hopkins hasta ser una pieza importante en el mundo de la novela gráfica Watchmen, Nixon ha estado ahí, con sus lamentos y terquedades, siendo siemrpe el blanco favorito de todos para realizar juzgamientos (más que merecidos), pero a su vez como una suerte de monumento viejo a la constante expiación americana. En esta ocasión, Ron Howard toma la obra de Peter Morgan (autor de La Reina) y la adapta al cine teniendo siempre como protagonistas a Michael Sheen (en el papel de Frost) y a Frank Langhella (como Nixon). Y los resultados son sopresivos, gratificantes y contundentes.

Basado en las famosas entrevistas que dio Richard Nixon (ya como expresidente) al host de talk shows británico David Frost, la película (siempre recalcando basada en la obra de Morgan) narra los periplos por el que el carismático y hasta autosuficiente "performer" (así lo conocían por ese entonces) pasa para arreglar una entrevista con el hombre más vilipendiado de esos tiempos: el expresidente Nixon. Es así que Frost ve en Nixon, en primer lugar, una fruta seca y vieja, pero a la cual todavía le queda algo para sacar, a la que todavía no se le ha exprimido todo el jugo que conforma sus acciones ilegales sobre Watergate y su vida post exilio. Pero conforme avanzan los fallidos intentos de Frost, este va tornando su deseo en ambición, en un reto. Esta es la palabra que puede enmarcar la película: reto, confrontación, desafío (como se subtitula el film en Latinoamerica). Para Frost, la meta es llegar donde el "distante e intimidante" Richard Nixon, mientras que para este el reto está en nunca desmoronarse (al menos frente a cámaras) y seguir aparentando, sin derramar alguna gota de lamento o culpa, que todo lo que hizo fue por el "bien del país" y que fueron meros errores de juzgamiento y no con intención, delitos para ser más específicos. Cualquier parecido con la bellaca hipocresía de ciertos políticos procesados es pura coincidencia.

Pues lo que nos dan Morgan y Howard en casi 2 horas de metraje es un duelo a capa y espada entre dos caballeros que eventualmente dejan de lado toda caballerosidad y sacan las garras para obtener lo que quieren. Y la virtud del director está en darnos esta historia que pudo caer fácilmente en el cliché, pero que navega bien durante los pasajes ante y tras cámara. Toda la preparación para el "día D" es genial, mostrándonos a los investigadores sus esfuerzos para presentarse en el set, encarar a Nixon, y destrozar pieza a pieza ese castillo de naipes (al parecer intocable para las grandes cadenas) que era la culpabilidad de Nixon. Y lo que pasa ante cámara son momentos de tensión pura llevados a gran ritmo por Howard, pero sostenidos por esas dos monumentales actuaciones que nos dan Sheen y Langhella. Uno por uno. Michael Sheen está formidable como Frost, dándonos su lado díscolo y frívolo por momentos, pero llenando a este hombre apasionado con la dosis necesaria de ambición y tensión que generaría eventualmente todo este choque con el expresidente americano. Mientras tanto, Frank Langhella se apodera totalmente del papel de Nixon. Es duro, siniestro y potente, pero a la vez blando, curioso, frágil y vulnerable. Es increíble lo que hace una genial actuación, darnos todos esos toques, esos matices que sólo un gran actor puede lograr. Y eso lo hace Langhella, que alcanza picos de grandeza en las escenas de la entrevista en sí donde explica su vida presidencial, ya sea en las tontas cosas mundanas o, especialmente, cuando desesperadamente trata de justificar sus actos, hasta que cae en ese hoyo de la derrota (y victoria, aunque pírrica, de Frost) que es haber aceptado ante cámaras sus errores y, sobre todo, el haber decepcionado a la gente y el sistema de gobierno americano. El rostro y la expresión de Langhella son impagables. Bien por la Academia al haber nominado a Langhella, pero se quedaron al no tomar en cuenta a Sheen, cuya actuación está a kilómetros de la de Pitt en "Benjamin Button" (Bueno, lo mismo dijimos con las acutaciones de DiCaprio o Dev Patel).

Finalmente, "Frost/Nixon" es uan película que nos deja mucho en qué pensar, y eso siempre, siempre, hace grande a una experiencia cinematográfica. Tan sólo recordemos la escena en la que Frost es confrontado por Reston (genial Sam Rockwell) y el resto del equipo, en el que lo acusan de ser "demasiado blando" y de "estar haciendo de Nixon una figura presidenciable". Gruesas palabras, que llegan a nuestras mentes y necesariamente hacen que nos pregutnemos si los líderes políticos, vivos o muertos (como Nixon) no le deben, y mucho, a la siempre trascendental prensa, que lapida en unos casos (como en este de las entrevistas a Nixon), pero que glorifica y hasta victimiza en otros. Al menos aquí, la prensa y Frost fueron sabios para darle su condena final a Nixon. Lo bueno de la película es que en ningún momento lo juzga, y lo deja en el limbo entre criminal y figura shakespereana. Eso hace grande a "Frost/Nixon", el hacer que seámos nosotros mismos quienes le demos su sentencia al hombre marcado por Watergate.

Nota: 18/20

PD: viendo la foto de la obra de teatro, lo que daría por haber presenciado este choque de titanes en vivo y en directo.

sábado, 7 de marzo de 2009

Kubrick: el hombre mecánico




Hace 10 años se fue el gran Stanley Kubrick
Hace 10 años no me gustaba el cine
Hace 10 años no veía cine
Hace 10 años justo salía al mercado Ojos Bien Cerrados, su "última película", temrminada poco antes de morir luego de un interminable rodaje que se extendió por más de 3 años.
Hace 10 años tuvo que morir el hombre para que no nazca, sino se consolide la leyenda.
Hace 10 años murió el genio que me hizo cambiar de parecer, que me entregó lo más hermoso de este mundo, que nos ha hecho reir, preocuparnos, molestarnos, frustrarnos, asustarnos y finalmente siempre, siempre reflexionar sobre la vida.
Hace 10 años murió el loco, el traumado, el psicótico empedernido, el egocéntrico ambicioso y perfeccionista.
Hace 10 años murió el hombre que dejaba loco a sus actores (incluso al mismísimo Nicholson) y que cargaba su set con más tensión que las reuniones de Alex y sus drogos, dejando a todos boquiabiertos como cada una de las intervenciones del Presidente Sellers.
Hace 10 años, hace 10 años nos dejó uno de los más grandes testamentos de la historia de la humanidad: Dr. Strangelove, The Shining, La Naranja Mecánica, Espartaco, Ojos bien cerrados, Full Metal Jacket, Barry Lyndon, 2001...2001¡¡¡

Desde el más psicodélico rincón del prometedor espacio hasta las tierras más honorables de la vieja Roma, desde las calles más violentas infestadas de leche y drogas hasta los "salones de guerra donde está prohibido pelear", desde los asfixiantes y gigantescos salones de un fantasmal hotel-laberinto hasta su propia cabeza, tan llena de aspiraciones y exactitud, nunca un ser humano nos pudo llevar tan lejos, a un lugar donde locura y perfección nos dan la imagen exacta de lo que la humanidad es...y en lo que podrá convertirse. Al fin y al cabo, el genio era humano como nosotros.

Gracias Stanley, viejo loco y sabio, espero que hayas dejado de lado la frustración eterna de no obtener la toma perfecta

miércoles, 4 de marzo de 2009

Depp VS Bale

Por fin, el trailer de "Public Enemies", la nueva película del gran Michael Mann (Heat, The Insider, Colateral). Esta cinta trae devuelta la adrenalina de las películas de mafiosos, la sangre y ambición de los años 30, y un duelo de dos de los más grandes actores de estos tiempos: Johnny Depp y Christian Bale. Con el permiso de Ashecliffe de Scorsese (con otros dos grandes como DiCaprio y Ruffalo), esta Public Enemies es sin duda LA película del 2009. Disfruten.


martes, 3 de marzo de 2009

Slumdog Millionaire: El "Underdog" que nos hace felices a todos =)

Slumdog Millionaire ha sido la gran ganadora del Oscar 2009 llevándose 8 estatuillas, incluyendo mejor película. La pregunta nace por sí sola ¿si se merecía tanto galardón? ¿si es merecedora de ser considerada el mejor film del año 2008? ¿cómo una cinta sin estrellas, sin uno de los "grandes tópicos del cine" puede llegar tan lejos? Pues las respuestas que uno encuentra luego de las 2 horas de metraje y el coqueto pero innecesario baile-coreografía al final es que estamos ante una correcta película, hasta me animaría a decir que una buena película, pero raspando, como si el gol que significó haber ganado tanto premio por todos los Estados Unidos hubiera sido en una posición adelantada más que dudosa. Pero sobre todo Slumdog Millionaire es un film que tiene todas las papeletas para ser considerada, al igual que Crash años atrás, una de esas engreídas de la academia que es premiada por cualquier razón menos por la energía y calidad cinematográfica que destila.

Esta cinta narra las desventuras de Jamal (Dev Patel), un joven de barrio bajo (slumdog), que de la noche a la mañana se transforma en el millonario más importante de la India gracias a ganar el tradicional concurso de "Quieres ser Millonario", mientras busca al "amor de su vida" en una ciudad de más de 19 millones de habitantes. El film va desde sus años de infancia en las barriadas bajas de Bombay hasta sus años de joven donde es interrogado con dureza por su repentina "suerte". Lo que nadie sabe es que el buen Jamal en realidad sabe todas las respuestas por eventos que ocurrieron en su infancia y su juventud, y que curiosamente se resumen en la ronda de pregutnas que enfrenta en el programa concurso. Esta es la excusa perfecta para que se nos de en un poco menos de 2 horas un platillo decorado con fresas y duraznos, donde destacan los colores vivos juntos con la basura (tanto material como espiritual), pero que tiene como objetivo ser desplazada para dejar el camino libre a la felicidad y a la eventual victoria del amor y la lucha constante por ser alguien en esta vida. Como bien lo indica ese nexo artificial que abre y cierra el film, "estaba escrito" que Jamal alcance la felicidad.



Al más puro estilo de Will Smith, quien sufrió, corrió y luchó para finalmente "Buscar y encontrar la Felicidad", Jamal pasa por un sinnúmero de aventuras en sus 18 años para llevarse lo que siempre quiso: salir de la miseria y la chica de sus sueños (bueno naide lo culpa por esperar más de 10 años por la hermosa Frieda Pinto). Danny Boyle toma estas aventuras y las conecta en forma de flashback para darnos 2/3 de la película, dejando el suspensod e que si Jamal obtendrá las dos cosas que quiere como el "gran climax", o bueno, seudo climax, ya que la respuesta era obvia, incluso antes de que empiecen los trailers de la función. Pero con todo lo obvia y previsible que es esta historia, Boyle se las ingenia y nos da un producto digerible, entretenido, en el que constantemente podemos desear con todo que el niñito huya de los policías malos o que Latika (Pinto) logra reencontrarse con su antiguo amiguito, pero que eventualmente logra desgastarnos. Y es que si bien es cierto que a cierto sector del público le puede gustar esta historia enternecedora y no apta para diabéticos, a otros como yo los puede llegas a hastiar su contenido y mensajito de que "eventualmente, querido, todo saldrá bien". Bueno es una historia de redención finalmente: Jamal obtiene lo que quiere, Latika deja el dinero y el lujo por el "amor de su vida", el hermano maloso se sacrifica y permite que la amada de su hermana escape y hasta todos bailan un buen bollywood dance mientras ruedan los créditos finales. Pero todo queda en la anécdota, tras anécdota, donde supuestamente la suma de todos esos pasajes queexplican cómo responde todas las pregutnas del concurso son el íntegro de la vida del joven y la justificación del motivo de su existencia (la superación y, sobre todo, Latika). Pero lo sentimos partido, forzado, (muy aparte de la forzada idea de que Jamal tenga la respuesta correcta a cada pregunta) y llena de clichés y episodios llenos de esas coincidencias que muchos directores tratan de poner en sus películas pensando que el público que pagamos la entrada para ver sus "obras de arte" somos estúpidos. Pues no, creo que llega un punto en que no podemos tragarnos la idea de que Jamal y su hermano caigan del tren directo al Taj Majal, en lo que claramente es la sección "Mira que también hay lugares bonitos en la India, así que ven y visítanos pronto" de la película.

Y otra cosa que podemos decir de esta cinta es lo artificial que puede resultar ser en algunos momentos. No vi Trainspoittin, la "película símbolo" de Danny Boyle (y sé que es un crimen no haber visto este clásico de los 90s), pero una de las cosas de las que se le acusa al buen Danny es de ser efectista. Pues al más puro estilo de Michael Bay o de Tony Scott, Boyle usa, recicla y llena la cinta de escenas forzadas (la muerte explícita de la mamá), cámara lenta y trágica (el escpae inicial de los niños) y de la música. Ay la música. Amante de la oscarizada música de Bollywood nunca seré, pero por más buena que sea hay que saber usarla, cuándo, y sobre todo cuánto. Ni contar las conversaicones típicas o las conforntaciones planas de personajes. A pesar de ello, Slumdog nos atrae, nos atrapa, pero seguro que si la volveríamos a ver ya desearíamos (para aquellos detractores) tener un Michael Clayton o una Juno entre las nominadas para poder dar un Oscar decente este año. Slumdog es una "peli simpaticona", bien hecha, correctas actuaciones (sobre todo Patel y el tío terrible que hace del host del programa), pero ahí nomás. Nada del otro mundo, pero que habrá sido premiada por la Academia, asumimos, por esta onda de la globalización y querer abrir fronteras, y mejor aún cuando se les abre de par en par a la otra industria poderosa de cine en la acutalidad: bollywood. Porque esta podrá ser una película anglosajona en papel, pero destila bollywood por todos lados (y su mensaje y la escena del baile final no lo podrán negar). Slumdog Millionare debe ser como aquella persona simpática, buena gente, pero nunca tan buena como para darle un beso...o al menos al buen calvito dorado que nos emociona siempre al principio del año.

Nota: 15/20

PD: Si el Oscar estaba entre esta película y "Benjamin Button"...me pregunto que maldita chuleta tenían los "académicos" en los ojos para no tomar en cuenta a "Wall-E" o a "The Dark Knight".