martes, 19 de junio de 2012

Prometheus: en búsqueda del origen se descuida el final

Alien (1979) de Ridley Scott es uno de los clásicos de la Ciencia Ficción. Por ello es que levantó muchas expectativas la noticia que se estaría armando una película que serviría para explicar algunas interrogantes del clásico film de finales de los setentas. Pero dicha idea evolucionó en un film independiente que de Alien solo compartía el mismo universo, dispuesto a crear nuevas historias, contextos, sugerencias y plantear más dudas que respuestas. Este nuevo film futurista de Ridley Scott es Prometheus (2012).

La premisa de "Prometheus" es un clásico en la ciencia ficción: el ser humano, motivado por la curiosidad de descubrir sus orígenes, se embarca en viaje físico y espiritual que, generalmente, termina planteándole más sustos que satisfacciones. Y en este caso, como en la original Alien, el resultado es muchas veces la muerte. Esta travesía tiene una tripulación de lo más pintoresca, teniendo como polos opuestos a los científicos Shaw (Noomi Rapace) y Holloway (Logan Marshall-Green) en un lado y a la fría ejecutiva Vickers (Charlize Theron). En el medio, el androide David (Michael Fassbender) cuyas ambiguas motivaciones y acciones resultan de lo más interesante de la cinta.


Como todo buen film de ciencia ficción, el apartado técnico de Prometheus es una de sus cartas de presentación. Y es esta película son más que impresionantes, utilizando toda la tecnología que el cine del siglo XXI otorga, pero recurriendo a aspectos que mantienen cierta reminiscencia con su cinta madre, como las tonalidades verdosas que aumentan el sentido de claustrofobia dentro de la nave. Incluso el diseño de los Ingenieros es muy bueno, ofreciendo una movilidad natural digna de los "Superhómbres" creadores de la vida. El vestuario y la dirección artística nos invitan a un ambiente futurista pero que mantiene la decadencia que Scott trata de impregnar a lo largo del film.

Porque al igual que muchas cintas de ciencia ficción u horror, los monstruos, aliens y demás especies sólo sirven de excusa para descubrir el peor de los horrores: es el ser humano el verdadero fantasma y villano del ser humano. No por nada en la original Alien, el "monstruo" aparecía solo 10 minutos. En esta cinta, se pensó que la tonalidad del film podía ir por ahí, y si bien parecía esa ser la intención, finalmente el espíritu de Alien se termina traicionando un poco, sobre todo en el final. El guión de Prometheus terminó malogrando una película que pudo ser muy buena.

El debate filosófica y la onda del creador del ser humano y el origen de la vida está bien planteado. No es un mero macguffin para ver como los monstruos se comían a la tripulación, sino que esta búsqueda se convierte en la columna vertebral de la película, hasta que los últimos 20 minutos de la cinta tiran todo por la borda. El suspenso de la búsqueda y la impotencia por lo (no)encontrado está muy bien reflejado, ya sea por aciertos del guión o por las buenas actuaciones del film, pero en esos últimos 20 minutos salen a relucir este tonto deseo de "secuelitis" que busca siempre imponer secuelas para todos los films. Por ello, en lugar de poder cerrar una historia redonda, deciden crear más preguntas para darle argumento a las futuras aventuras de la Dra. Shaw y el buen David. Añadir a esto el ritmo trepidante de estos últimos 20 minutos que rompen con el ritmo de un film que si bien no tenía el ritmo lento de la original Alien, había mantenido chispazos de su claustrofobia y angustia. La pelea entre Shaw y el Ingeniero se vio forzado, a contrario de la memorable "batalla" entre Ripley y el Alien en la setentera película. Esa fue la diferencia: mientras que en Prometeo era una batalla descarriada y explícita, en Alien era una "pelea" que tenía más de suspenso y de inteligencia que de golpes y hachazos físicos. Y ese calamar gigante más parecía salido de una película de los Hombres de Negro.


Esas dos taras finales del guión, lo explícito de la "batalla final" y el deseo constante de no cerrar la trama y crear secuelas, son las principales fallas de Prometheus. Podríamos culpar de esto a Damon Lindelof, guionista y showrunner de la recordada serie de televisión LOST, la cual, al igual que Prometheus, tuvo un inicio excepcional (temporadas 1-3) para abrir más su trama con cada temporada y decaer finalmente en un final forzado. No estamos en contra de los finales abiertos, pero cuando estos no están justificados, sino más bien forzados, entonces no resultan un recurso eficaz. Además, el guión tiene muchos "huecos", giros forzados y contradicciones (sobre todo relacionados con los personajes de Charlize Theron y Guy Pearce) que también nos hacen recordar a dicha serie de TV y que le terminan quitando fuerza y hasta seriedad 

El reparto es muy bueno, destacando una Noomi Rapace con la fuerza y garra necesaria para un rol tan físico y mental como esta Eliabeth Shaw, digna sucesora de la Ripley de Sigouney Weaver. Pero el rey de la función es Michael Fassbender, estupendo como el androide David. En una performance aparentemente inexpresiva, esto es lo que justamente hace genial su interpretación, basada en el Lawrence de Arabia de Peter O'Toole. David es un personaje interesante, que a pesar de no sentir al ser un robot, ha medido todos sus pasos y las consecuencias de sus actos y de los actos de la tripulación. Trabaja para otras personas, pero hace evidente su desdén por la humanidad, la cual a su vez admira en muchos aspectos. La historia de David aumenta en intensidad al comparar su relación con sus humanos creadores con esa admiración y posterior terror entre los humanos y sus marcianos creadores. David está al medio de esta búsqueda/lucha, solo, maravillado, curioso, y dispuesto a todo por obtener esa supuesta verdad. Y todas esas expresiones las refleja de manera soberbia Fassbender, un actor que no solo está de moda, sino que es muy bueno. A seguirlo.


Prometheus es una buena película, entretiene y hasta llega a conmover. Algo parecido a Los Vengadores, una buena película, pero que fue concebida netamente para entretener. En cambio, Prometheus fue concebida no solo para entretener, sino además para maravillar, cuestionarnos y hacer que reflexionemos. Creo que esto último no lo pudo concretar, sobre todo por su frenético final que llevó a que la "acción" reemplazara al drama y al cuestionamiento natural del género de la Ciencia Ficción. Esto termina por manchar una película que apuntaba por todo lo alto, pero que se quedó simplemente en "buena", dejando todavía a "Minority Report" como la hasta ahora mejor película de ciencia ficción del siglo XXI. Pero esa es otra historia. 

Nota: 17/20

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