lunes, 6 de octubre de 2014

Gone Girl (Perdida)

Comenzamos con "Gone Girl" (Perdida en Latinoamérica) el repaso por las posibles contendoras a mejor película en los Oscar del 2015. La Nueva película de David Fincher está basada en una novela de Gillian Flynn y cuenta la historia de Nick Dunne (Ben Affleck), escritor en horas bajas que ve cómo su mundo se pone de cabeza cuando su casi perfecta esposa (Rosamaud Pike) desaparece misteriosamente. Allí arranca una historia que tiene los ingredientes preferidos del cine de Fincher: la documentación del alma humana en corrupción y un examen de cómo el sistema termina por oprimir las relaciones humanas.


La historia tiene todos los ingredientes del thriller: desde las interrogantes que constantemente va planteando en el espectador hasta la aparición de personajes arquetipos del cine más noir de Hollywood como la femme fatale o los creepys ex amantes. Y debemos agradecer en primer lugar a Fincher y su excelente mano para narrar historias. Las películas de Fincher tratan temas diversos, y pueden resultar más o menos entretenidas, más o menos completas, pero siempre son entretenidas. Estamos ante un narrador impecable, un tipo que tiene el ojo para poner la cámara y el tempo para marcar el ritmo que él quiere imponer. "Gone Girl" tiene un metraje de dos horas y media, pero ni se siente. No hay nadie hoy por hoy como Fincher para dirigir historias de grandes investigaciones (sea de un asesino en serie o del verdadero creador de una red social) con resultados apabullantes a nivel social pero, sobre todo, a nivel personal. Además Fincher debe estar en el top five de directores para crear atmósferas de los últimos tiempos: a las ya clásicas escenas de persecución por los lluviosos barrios de "Seven" o el Gyllenhall en el sótano de "Zodiac" podemos sumar la iluminada pero tenebrosa "casa perfecta" de Desi Collings (Neil Patrick Harris). Notable trabajo también en la fotografía de Jeff Cronenweth, usual aliado de Fincher.

La virtud en la narración de la película también se la debemos al guión de la propia Flyyn, quien salta a la pantalla grande adaptando su propia novela y con resultados más que óptimos (algo no tan fácil como suena). Pero también es el guión el que presenta las pocas críticas que le podemos hacer a la cinta. Y es que el final se siente muy estirado, alargado, a tal punto que todo lo que se nos cuenta en los últimos quince minutos resulta consecuente, obvio, y pudo ser abreviado. Así también encontramos algunos agujeros en el guión (sobre todo en el Plan B de Amy, desde que se encuentra con Desi hasta su reaparición) y algunas situaciones que podrían sonar trilladas y hasta exageradas. Entendemos que "Gone Girl" no sólo es un thriller, sino también una crítica a la "mass media" y a las falsas alarmas que encienden los micrófonos, pero la cinta peca a veces de caer en algunos lugares comunes y situaciones obvias. Tal vez una segunda revisión del guión le hubiese permitido a Flynn contenerse un poco más, pero claro, esto cae en el wishful thinking. En el análisis general, el guión de "Gone Girl" presenta más aciertos que desaciertos.

Pero tal vez el gran acierto de la película, y de Fincher, es el maravilloso casting de "Gone Girl". Una gran película como "Gone Girl" puede darse el lujo de decir que tiene un cast casi perfecto con actores desconocidos o que sencillamente no habían tenido la gran carrera en Hollywood. Aquí un párrafo aparte para Ben Affleck. Si bien es cierto que en los últimos años ha reivindicado su carrera como director, en especial con "Argo", Affleck siempre ha sido considerado un pésimo actor (vean el "affaire Batman" que es más famoso por su supuestamente inmerecido Oscar a Mejor Guión (se dice que Matt Damon escribió todo mientras Affleck fumaba hierba) y su publicitada relación con Jennifer López. Y en realidad Affleck no es un gran actor, tal vez ni siquiera sea uno bueno. Pero como dicen, no hay actor malo, solo hay malos castings (que lo diga Adam Sandler y su más que decente actuación en "Punch Drunk Love" del genio Paul Thomas Anderson). En esta película, vemos en cada aparición suya por qué Fincher escogió a Affleck como su protagonista. El Nick Dunne de Affleck es un tipo sobrado, que cree que merece más de lo que tiene, insatisfecho, incomprendido, resentido, víctima. En una línea hemos pasado a describir las múltiples facetas de un personaje complejo, al cual Affleck encarna de manera maravillosa. Basta ver esa escena en que finge una sonrisa para complacer a la prensa. Eso es cine: transmitir tanto con tan solo un segundo de metraje. 


Pero la real sorpresa del film es Rosamund Pike, actriz británica que hasta el momento no encontraba el rol adecuado. Y es que en "Gone Girl" ella es la estrella. Pike compone un personaje complejo, de mil caras, que pasa de ser la chica perfecta con la que todos se quieren casar a ser una verdadera hija de puta. Lo de Pike es de antología, encantadora como la novia ideal, gélida como la esposa insatisfecha, feroz como la manipuladora implacable que es. Tomando cosas de la más dulce Hepburn y la más perversa Stanwyck, Pike apunta alto con el rol que, esperemos, signifique su trampolín a una carrera más que destacada. 

El resto del cast es genial. Otro criticado por la crítica como el comediante Tyler Perry compone un ideal abogado que, a pesar de tener su historial, se ve sorprendido por los matices del caso de la desaparición de la Amazing Amy. Neil Patrick Harris compone una versión un poco más psycho de su Barney Stinson en How I Met Your Mother, saliendo airoso en su salto al cine. Pero son las secundarias femeninas las que le otorgan garra a la película. Tanto Kim Dickens como la detective Boney como Carrie Coon como la hermana del sospechoso esposo ofrecen grandes actuaciones que otorgan el balance perfecto a dos protagonistas que, en un principio, ofrecen retratos fríos y distantes (por la naturaleza de sus personajes). 

"Gone Girl" no pasará como lo mejor del cine de Fincher (Seven, The Social Network y Zodiac tienen bien ganado el podio), pero es una clase maestra de cómo hacer un thriller moderno con elementos clásicos y utilizados mil veces, pero dotándolos de nuevos matices. Fincher demuestra ser un genio y ser capaz de coger cualquier historia para ofrecernos, como siempre, una mirada a la descomposición de las relaciones humanas y el evidente resultado que se genera: como Summerset en Seven, como Graysmith en Zodiac, como Zuckenberg en The Social Network, Nick Dunne acaba solo. Es el destino inexorable del ser humano. 

Nota: 18/20

No hay comentarios: