viernes, 14 de febrero de 2014

Rumbo al Oscar 2014: The Wolf of Wall Street

The Wolf of Wall Street es la ùltima pelìcula del reocnocido director Martin Scorsese y narra el ascenso y caída de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio) un ambicioso broker que busca hacerse camino en la terrible selva de cemento que es Wall Street, un mundo repleto de drogas, prostitutas, exceso y, por supuesto, dinero. Pero además The Wolf es, y lo decimos sin miedo, una de las mejor películas norteamericanas de los últimos años. Y sin duda podrá descansar tranquila en el panteón de Scorsese junto con Goodfellas y Casino.

¿Por dónde empezar? Sencillmante esta película es perfecta. Tiene tantas cosas positivas que sus tres horas exactas de metraje no se sienten. Scorsese, con sus cais 80 años demuestra que tiene muchísima más frescura y vigor para narrar una película que mucho de los directores jóvenes del panorama actual. La técnica de este monstruo del cine está en mostrarnos escenas incómodas y hasta perturbadoras (en esta película se presentan altas dosis de droga y sexo) y hacer que nunca nos sintamos repelidos, sino que nos sintamos fascinados, incluso por lo más bajo que pueda confrontar el hombre. Porque el cine de Scorsese es eso: la seducción del mal, un profesión que eventualmente no paga (por algo es cristiano el buen Martin). 

El tío simplemente coge la cámara y nos introduce en su mundo. Con esos travellings absorbentes que nos introducen en el mundo de los personajes, esa edición trepidante de la fascinante Thelma Schoonmaker y ese pathos que atraviesa todo personaje scorsesiano de acenso fugaz y caída a los infiernos. El director italo-americano nos muestra una más de sus historias de personas amorales que nos caen bien. Y si antes eran los gangsters de saco y corbata, ahora también son otros tipos, también vestidos a la tela, los que destrozan la moral y economía de un país...y que a pesar de eso aprendemos a querer. 

El otro gran artífice de esta monumental película es Terrence Winter, abogado de profesión y curtido guionista de televisión, dentro de cuyos éxitos se encuentran, o casualidad, las series mafiosas "The Sopranos" y "Boardwalk Empire", en la cual ejerce el papel de showrunner. Winter tiene la habilidad para coge runa historia de tres horas y no aburrirnos. Y sobre todo, que el ritmo de la película nunca decaiga. La historia es sólida, va ascendiendo hasta un clímax con una escena que seguro quedará en los anales del cine (la "doble" historia del Lamborghini) y en general una trama que presenta escenas notables. Sea el "canto de la selva" de Belfort y su mentor Mark Hanna (Mattew McCouneghey), la primera vez que Belfort conoce a su compinche Donnie Azoff (Jonah Hill), a su segunda esposa Naomi (Margo Robbie), al agente del FBI (Kyle Chandler) que lo cazará como un perro, al escena de la "venta de lapiceros" y, por supuesto, cada uno de los discursos que el buen Belfort lanza para conquistar a las masas. 

 

Para escribir sobre Belfort (así se haya basado en las memorias del original "lobo"), Winter tuvo que meterse en la mente de este encantador de serpientes. Y de qué forma lo hace. La película no sólo es entretenida y graciosísima, sino que nos ofrece las notas necesarias para dotar de calidez a los personajes y de acción dramática a los personajes: todo el mundo quiere hacer dinero. La acción dramática es obvia, pero la maestría de Winter está en el cómo. Generalmente se critica que las películas duren más de dos horas, pero en The Wolf nada sobra, es más, esperamos con ansias el director's cut y la versión de casi cuatro horas que preparan.

Pero ni la espectacular dirección de Scorsese ni el magistral guión de Winter servirían de nada si no recayeran sobre los actores adecuados. Y en esta película absolutamente todos están muy bien, en las mejores actuaciones de sus carreras. Por eso ya es hora de hablar del mejor actor de su generación: Leonardo Di Caprio. Lo que pudo ser el finado Heath Ledger y lo que no es Edward Norton por su mal carácter, lo es el buen Leo. Di Caprio está genial en su mejor actuación hasta la fecha. Si bien a veces recurre en la careta histriónica de chico compungido de tantas otras películas, aquí Di Caprio se suelta, y relajado nos muestra sus mejores cualidades como ya lo hizo en "Atrápame si puedes" y "Django Desencadenado". Leo está comodísimo como un tipo de dudosa moral que la tiene clara: ser "self made man" me hará rico. Y lo hace bien en todas sus facetas, incluso en una en la cual Di Caprio era desconocido: la comedia física. Sea bailando o sea reptando bajo los efectos del alcohol, Di Caprio está soberbio. Y eso se debe a la confianza entre actor y director/mentor, el buen Martin.

Los secundarios están todos perfectamente casteados. Jonah Hill dejó hace rato de ser simplemente ese gordo gracioso de comedias chabacanas y se ha graduado de actorazo en todas sus letras. En The Wolf, Hill se marca un Joe Pesci y la rompe como el sidekick de Belfort. Con dosis necesarias entre la locura, la cólera y la contención (donde Hill se desenvuelve cómodamente, sino ver Moneyball). Margo Robbie es una absoluta revelación y tiene tanto las dosis de belleza como de maldad para convertirse en un personaje que no es un simple florero. Hasta los secundarios con papeles menores están muy bien, sobre todo el cascarrabias Rob Reiner y el camaleónico Mattew McCouneghy, el cual ratifica que el 2013 ha sido su año. Vale decir que si han habido actores nominados por apenas cinco minutos, la escena del "canto de la selva" en el almuerzo bien le pudo valer a Mattew una doble nominación.


La película está llena de excesos, pero necesarios. Así (y segura que mucho más) era la vida de los ochentas en Wall Street. Pero la película también tiene corazón, con un personaje despreciable como Belfort con el cual uno se siente tal vez no identificado moralmente, pero sí en su objetivo: tener éxito. Es una película que utiliza la comedia para criticar, pero que además presenta en un balance lo bueno y lo malo de ese estilo de vida. Muestra de ello es el contrapeso entre las escenas de excesos y la escena en la cual Belfort se despide contando la anécdota con una madre soltera que trabajaba en su compañía. Por escenas como esta última o como cuando Belfort llega por primera vez al puesto de vendedores de baja monta, The Wolf se consagra como una película completa, con historia que contar y con mucho corazón. 

Eso hace grande al Wolf: presentar una historia y mostrarnos los dos lados de la historia, como son, ni blanco ni negro. Scorsese no juzga ni ensalza, nos muestra la vida como es. Con sus más y sus menos, sus monstruos, sus villanos y sus malditos son humanos. Por eso todos queremos ser como ellos, aunque a la vez no. Esa humanidad hace único al buen Martin y a toda su maravillosa filmografía. Simplemente una película perfecta.


Nota: 20/20

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