domingo, 2 de marzo de 2014

Rumbo al Oscar 2014: Nebraska

Nebraska es la última película del realizador norteamericano Alexander Payne, caracterizado por insertar temas como la melancolía y la insatisfacción en sus películas. En Nebraska, Payne se aparta por primera vez de la escritura de un film que dirige, pero el guión no se aleja de esos temas y más situaciones características del tipo de cine que le gusta hacer a este autor. En Nebraska, Payne narra en su ya clásica faceta de road movie el viaje de un viejo hombre (Bruce Dern) y su perdedor hijo (Will Forte) por recolectar el dinero de una lotería que supuestamente el antiguo patriarca ha ganado.

Como en todo el cine de Payne, el truco en sus películas está en balancear bien la cuota de drama y la de comedia. De esta forma, el guión original de Bob Nelson es maravilloso, no sólo porque cuenta con diálogos y situaciones memorables, sino porque además dota de interés a una historia que tiene todo para no serlo: el trillado viaje de un padre y un hijo que no tiene una buena relación, los esposos cascarrabias, viejos por todos lados, etc. Nelson coge el cinismo y la crudeza humorística propia del cine de Payne y le imprime su sello. El resultado es la mejor película de la filmografía de Payne, oh casualidad, sin un guión suyo como es costumbre.
Pero si el guión es una joyita, la dirección no se queda atrás. A veces la pluma de Payne (ganador de Oscar por guión) opacaba sus dotes como director. Pero Payne siempre había demostrado un nivel completo de autoría, como Woody Allen o los hermanos Coen, en el cual la maestría de la película era tan sólida que no nos permitía distinguir cuando acababa el guionista y cuando comenzaba el director. En esta ocasión, Payne se aprovecha de alguna manera que el guión no es suyo para imprimir su sello netamente desde el banquillo del director. Y el resultado es genial.

Payne demuestra que sus dotes como director son excepcionales, ya que dota de personalidad situaciones o escenas que con un mal director hubieran resultado un desastre. La comedia tiene eso de dificultad: hay que darle el movimiento y el timing preciso, sino, simplemente no da risa. Y esta situación se potencia con un guión de comedia tan cruda y sarcástica como el de Nelson. Ahí radica el mayor reto de Payne: dosificar sus películas. Y en Nebraska encontramos el balance perfecto para reír y para llorar. Porque encontramos una escena disparatada como el robo de una máquina de un granero o una escena casi épica en la que los protagonistas entran al pueblo que los humilló con su nuevo "corcel", al más puro estilo de las películas de vaqueros. Y Payne dirige ambos tipos de escena con mano maestra.

Viendo Nebraska uno tiene la sensación de ver un Western sentimental: la historia de un viejo y delirante cowboy y su hijo en su caballo buscando un tesoro. Escenas de cantina y bares, viejas amistades que son más peligrosas de lo que aparentan, peleas, familias que se desgarran, matriarcas insospechadas, relación paterno-filial destruidas y reconstruidas. Payne consigue su film más clásico y de paso su primer film que tiene todas las características del viejo clásico americano. Esta variante cowboyiana le ha caído muy bien a Payne, quien demuestra que en el cine no hay mezcla válida, y esta especia de western cómico negro puede despertar en el espectador hasta la sensación más dolorosa como la urgencia de reconexión con la familia o la tristeza de la pérdida de un padre. Eso sí, lágrima fácil esta película no es.

Las actuaciones son el otro gran punto fuerte de esta película. Bruce Dern está maravilloso como el viejo Woody, ya que si bien no tiene mucho dialogo, con sus expresiones y mirada logra transmitirnos todo lo que este viejo sobreviviente siente y piensa. Ver a Dern en pantalla por dos horas es una clase maestra de actuación, en la cual un tipo sin abrir la boca nos permite conocer el interior de su alma. Y ofrece las dosis suficientes de patetismo, simpleza, ternura, locura y amargura para hacernos sentir que estamos ante una persona de verdad, ante un ser humano. Y esa es una de las cualidades de Payne también: hacer que los personajes, por más Reese Witherspoon o George Clooney que sean, nos parezcan seres humanos con múltiples facetas. Personajes de verdad.
El comediante de Saturday Night Live Will Forte es una sorpresa, ya que demuestra que un papel dramático no le queda nada grande. Forte tiene esa mirada triste y perdida que se requería para el personaje del hijo perdedor que busca en su padre su única coenxión con el mundo real. No alcanzará los índices de grandeza de ese adorable looser que fue Joaquin Phoenix en "Her", pero Forte cumple con creces. Eso sí, la gran sorpresa del film resulta ser June Squibb, esa vieja cascarrabias que además logra encantarnos. Squibb posee esa expresión de abuelita cariñosa pero una lengua de mortal pitón. Y se adueña de sus parlamentos y sus escenas convirtiéndose en la reina del escenario. Es el alivio cómico de la película, pero también es de alguna manera el centro moral de la misma, ya que ella se erige como una suerte de matriarca de la familia protagonista. Y lograr esas dos cosas en menos de media hora de escenas no es nada fácil.

Un par de pegas puede tener el film. El primer tramo puede resultar algo cansino, ya que es el tradicional "set-up" que toda película necesita. Pero esto termina alargando la duración de una película que no debió pasar de una hora y media. Finalmente, si bien hemos resaltado que el guión de Nelson es maravilloso, en ocasiones puede resultar un poquito previsible. En sí, toda la historia resulta previsible, pero la maestría de Payne y Nelson radica en mostrarnos la forma, el camino. Sabíamos desde la escena uno que eventualmente Woody y su hijo terminarían por establecer algún tipo de nexo, pero lo importante era conocer ese lazo. Y todo ese vía crucis concluye con esa maravillosa escena de western que es la entrada al pueblo del viejo vaquero y su hijo perdido. Payne toma prestado un poco de clase de Ford o Hawks y le da el cierre perfecto a esta película. Una nueva película de viajes, como le gusta, pero su película definitiva sobre los compañeros en la ruta. Su mejor película hasta la fecha.

Nota: 19/20

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