sábado, 15 de diciembre de 2007

Michael Scott...un jefe con corazón

Hace poco más de un año no veía series americanas, hasta que mis mejores amigos me dieron uno de los mejores regalos de toda mi vida: la priemra temporada de lo que para mí (y esto lo converitré en una frase personal desde ahora) "fue, es y será lo más grande de la televisión mundial: 24. Pero ya habrá tiempo para hablar de esta mi serie favorita. Y si hace poco más de un año ni me imaginaba entrar a todo este absorvente mundo de las series americanas, hace poco más de 5 meses no me imaginaba caer también en el gusto por las comedias americanas. Muchos de ustedes deben compartir mi opinión, las comedias americanas, en el cine por ejemplo, son en su mayoría estúpidas, sin sentido del humor y muchas veces llevadas más por los clichés o el mal gusto. Ya no son las comedias de antes en las que las estrellas hacían relucir la pantalla llevadas también por excelentes y precisos guiones. Y tenía la misma impresión de las comedias americanas en la televisión. Hay que ser honestos, amamos la televisión, tal vez no podría vivir sin algunos programas, pero también es de hidalgos reconocer que es un medio que muchas veces (casi siempre) presenta material vacío, que no hace otra cosa que "entretenernos" o "enbobarnos". Es decir, aveces me engancho a Friends, pero lo pienso y me doy cuenta lo estúpido tanto de sus situaciones como de sus personajes. Pero es TV, y todo eso ews permoitido y nos gusta. NO quiero caer en ese hoyo tan ácido que es el del crítico medio y darle con palo a cuanta producción haya tenga éxito. Los programas de televisión son como son y con sus situaciones y personajes por tontos o irreales que sean, nos tocan muy en el fondo para engancharnos semana tras semana (o capítulo tras capítulo en DVD como lo prefiero yo).

Como mencioné, hace 5 meses descubrí a la coemdia americana de TV. En este caso, un remake: The Office. Serie que en forma de mockumentary presenta la vida de un disfuncional y variopinto grupo de personas que trabajan (y por ende conviven) en una oficina. Como toda serie (o vida en sí misma) tienen personajes entrañables, queridos, odiados, parecidos a las perosnas que nos rodean. La serie rápidamente me enganchó y una de las razones (tal vez la principal) sea la presencia de uno de mis personajes favoritos de la televisión: Michael Scott (interpretado de manera notable por Steve Carrel), el jefe, el "líder" del grupo, el "guía", el "comediante". Y todo entre comillas porque esos adjetivos son los que Michael cree que es. Él, por su propia posición de cabeza de la rama Scranton de la compañía de papel Dunder Mifflin, se cree que está en la responsabilidad de intervenir en los aspectos tanto laborales como personales de sus subordinados. Y creo que todo jefe debería hacerlo, aunque no de la manera tan "peculiar" que lo hace Michael. Peculiar porque Michael es una persona que busca constantemente el cariño de las otras personas. y lo pero de todo es qué él cree que en verdad todos lo quieren. Muetsra de esto es una escena en el capítulo "Branch Closing" de la tercera temporada, en la que luego de enterarse (erróneamente) que su oficina será clausurada, se hecha a llorar exclamando: "Todos me odian, hice que todos pierdan su trabajo...Ya nadie me quiere". Esa es la escencia de Michael Scott.

Es una persona solitaria, sin muchas habilidades sociales (pocos amigos y sin compromiso ya pasados los 40). Y tal vez por eso se refugia en la comedia, o en su seudo intento de hacer comedia. Michael se refiere a sí mismo como comediante, contando siempre chistes que en la mayoría de veces son tontos o inapropiados. Totalmente fuera de lugar. Michael en el fondo no es un ser hostil o racista, pero con sus chistes o comentarios siempre insulta de alguna manera u otra, sea por la raza o por el sexo. Croe que nadie quisiera un jefe tan inoportuno, ignorante y descuidado como Michael, pero sí rescatamos esa sensiblidad y gran cariño que tiene Michael por los demás. Por todo lo dicho, Michael puede sonar como una persona egocéntrica y que siempre quiere cer el centor de todo. Pero en sí, Michael quiere llamar la atención porque quiere el cariño de los demás y cree que lo obtiene haciendo lo que hace: hacer reir, hacer que todos "lo vean". Michael es es un ser noble e inocente por momentos, en las que trata de ver todo a través de "los ojos de Michael". Más que tratar de ser el punto original de todo lo que acontece, Michael se comporta siempre al estilo del "Michael`s way" solo por amor, el que recibe (o mejor dicho cree recibir) y el que le da (o cree dar) a sus trabajadores. Es la inocencia pura y la preocupación por el bienestar de sus "co-workers" o, como el dice, sus amigos. Y tiene sentido, un jefe preocupado porque no todo sea aburrido en un ambiente tan "propicio" para el aburguesamiento como lo es una oficina. Con seminarios que generalmente parodian y denigran más a las personas, con orientaciones que en lugar de guiar confunden y con iniciativas de conciliación que terminan dividiendo más al grupo, Michael trata de incentivar la compenetración y la convivencia en un grupo que con las justas pueden soportarse entre ellos y que les cuesta más aun soportar a su curioso jefe. Pero Michael, como todo lo que hace, le pone el mayor corazón y una dedicación y entrega que todo empresario "formal y serio" envidiaría.

Es así que se maneja Michael Scott, que con todas las tonterías que puede realizar, con todo lo inapropiado de sus intervenciones y con todas las malinterpretaciones que sus acciones acarrean, es, al final del día, un ser especial, que hace todo finalmente con la intención de obtener cariño (que todos necesitamos) y de manifestarlo. Al fin y al cabo, trata de ser el mejor jefe del mundo, y un buen amigo. Y esperemos que las desventuras de Michael y su clan sigan en esta oficina, y se extienda por una larga y duradera estancia...como dice, That`s what she said*

*Frase famosa de Michael...Video para entenderlo

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