jueves, 23 de febrero de 2012

Rumbo al Oscar 2012: Hugo

La última película de Martin Scorsese, “Hugo”, está basada en un libro infantil, “La Invención de Hugo Cabret”, y cuenta la búsqueda de un niño vagabundo (Hugo, interpretado por Asa Butterfield) por el verdadero significado del último regalo de su difunto padre, y como este camino hará que se cruce con un misterioso anciano (Ben Kingsley), quien es nada más ni nada menos que el célebre pionero del cine, el director francés George Méliés.

De esta forma, esta cinta de Scorsese no solo cuenta una historia fantástica familiar, sino que es un claro homenaje al cine y sus inicios. A través de esta película, podemos ver extractos de “La llegada del tren” de los Hermanos Lumiere, la performance de Buster Keaton o carteles anunciando el último éxito de Charlie Chaplin. Y esta vertiente se convierte en el corazón del film. La reminiscencia, el recuerdo, la añoranza, tal como se presentan en otras cintas aclamadas del 2011 como “El Artista” o “Medianoche en París, son los componentes de un cine que evoca épocas brillantes, creativas, mágicas, por no decir mejores. Un mundo que a pesar de estar situado en las primeras décadas del siglo pasado, presentaba un ambiente de encanto y de fantasía con proyecciones que impresionaban a los mortales, autómatas que podían crear secretos, jugueteros con capacidades de ilusionistas y la capacidad de proyectar nuestros sueños y deseos para convertirlas en aventuras de la vida diaria.



Desde este último punto es donde parte el complemento de la añoranza cinematográfica de esta cinta: la aventura de los infantes. Los niños de esta película se proponen aventuras entre ellos, pero a la vez a nosotros. Y de su mano no solo descubrimos a Méliés, sino a todo este mundo onírico que encontramos en las salas de cine. Este es uno de los puntos fuertes de Scorsese: de hacer que sus perosnajes no solo tengan un reto personal, sino que además tengan esa empatía y familiaridad necesaria para llevarnos de la mano dentro de la aventura, de poder guiarnos dentro de sus vidas: sea Jake La Motta y su tórrida existencia en “Toro Salvaje”, Henry Hill y su vida de montaña rusa en “Bueno Muchachos” o Howard Hughes y su endemoniada obstinación en “El Aviador”, los personajes principales del cine de Scorsese siempre nos introducen a la aventua, nos mueven desde adentro y nos dejan tirados, desconcertados, para poder reflexionar sobre lo que acabamos de ver mientras se presnetan los créditos finales.


Pero siendo este un cine de género familiar, la aventura no tenía por qué ser tan sórdida, pero a pesar de su respectivo “happy ending”, la aventura de “Hugo” es una como pocas. Gran “culpa” de ello lo tienen los encantadores protagonistas. Asa Butterfield nos muestra las dosis necesarias de curiosidad, frustración, alegría e impotencia cuando tiene que hacerlo. Es una actor muy solvente y nos creemos enteramente que este niño pobre que vive en la Estación de trenes de París busca a como dé lugar la última pieza para averiguar el póstumo mensaje paterno. Chloe Moretz es la sorpresa del film, tratándose de una actriz británica, pierde todo indicio de frialdad y se convierte en una luz radiante de energía que pulula por toda la cinta desprendiendo encanto y vigorosidad. Es el motor que impulsa la búsqueda de Hugo, y el motor del film. Le auguramos buenas performances en el futuro a esta pequeña locomotora llamada Chloe.



Ben Kingsley, con la capacidad única de crear un personaje sobrio y que a la vez tenga una presencia imponente. Su actuación es muy buena, y creo que podemos agregarlo a la larga lista de “olvidados del Oscar 2012”. El resto del cast también está a la altura, felicitando la canalización del payaso de Sacha Baron Cohen en ese villano enternecedor que es el Inspector Gustave. Así comprobamos que un buen director, como Scorsese, puede convertir a un payaso, como en este caso el recordado “Borat”, en un buen actor y en una buena performance.

Para mayor deleite de una historia con corazón, garra, de aventura, misterio y que añora por un cine de otra era, “Hugo” está espléndido en apartados técnicos, destacando el uso de efectos especiales que el buen Marty hace. Esto también nos demuestra que las nuevas tecnologías no son incompatibles con un cine de calidad en estos tiempos. Por todos estos aspectos es que “Hugo” nos parece un notable film que sería un justo ganador a la mejor película en el Oscar 2012. Pero además nos confirma la genialidad de registro de ese pequeño mago del cine llamado Martin Scorsese. A tu salud, maestro.


Nota: 18/20

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