“American Sniper” es la última
película del maestro Clint Eastwood. Se trata de la biografía de Chris Kyle,
marine americano que es (tristemente) conocido por ser el francotirador más
letal del ejército americano, con 160 objetivos (personas al fin y al cabo)
asesinados. Esta polémica premisa fue la pieza central de un libro
autobiográfico y ahora de esta película que sorprendentemente ha batido records
de taquilla y ha recibo el apoyo de la crítica.
Lamentablemente, la película
falla por todos lados. Primero, hablemos de sus (de)méritos como película. Simplemente
no tiene narrativa, no cuenta nada. La película tiene como absoluto protagonista
a Chris Kyle (Bradley Cooper), pero lo que vemos es una sucesión de escenas viendo
todo lo que le ocurre: en su casa, en el bar, en el campo de entrenamiento, en
Irak, de regreso a casa, etc. De alguna forma, se asemeja a “Nightcrawler”, esa
cinta que también narraba las andaduras de un protagonista problemático en un ambiente
hostil, pero que al final de la película no iba a ningún lado, no evolucionaba
o involucionaba, no tenia viaje. Lo que vemos es una sucesión de escenas predecibles
(me maltrata mi padre, me enamoro de la chica pija, soy letal y mato niños, no me
adapto a la normalidad) y que no conforman un conjunto sólido. Es una vulgar
suma de clips vistos en otras cintas.
El bueno de Bradley Cooper no
tiene la culpa y está, como casi siempre, muy bien en su papel (al fin y al
cabo Eastwood es uno de los mejores directores de actores de la actualidad).
Pero el personaje de Kyle o no es del todo interesante o no está del todo bien escrito.
Aquí marcamos un paralelo con esa gran cinta (anti)bélica que es “The Hurt
Locker”. El personaje de Jeremy Renner sí tenía un viaje, sí, tenía un
propósito y sí tenía características palpables. Tenía un conflicto que nos
ponía los pelos de punta (era un desarma-bombas suicida por Dios) y nos
hundimos emocionalmente con él cuando volvió al ruedo y empezó otro “día 1”.
Además, Bradley estará muy bien, pero no está mejor que Gyllenhaal en la
mencionada “Nightcrawler” o Ralph Fiennes en “El gran hotel Budapest”. Eso es
robo de Oscares.
Jalando aún más la comparación
con “The Hurt Locker”, e incluso con “Zero Dark Thrity”, ambas películas de Katherine
Bigelow, se tratande películas con presencia y garra. De ambas recordamos
escenas dignas de reels de la historia del cine (la escena con el buen Ralph
Fiennes de tiroteo cruzado en “Locker” y la magnífica recreación del ataque
final a Osama Bin Laden en “Zero”). En American Sniper no encontramos ni
historia ni escenas memorables. Ninguna. Nos vamos de las salas de cine con la
sensación de un gran vacío.
Y gran parte de la culpa la tiene
el viejo maestro Eastwood. Alejado de sus obras maestras como “Unforgiven” o “Mystic
River”, Eastwood parece grabar su más reciente película con pereza o, peor aún,
de manera apurada. Escenas poco memorables sin ningún atractivo cinematográfico
y dejando en descubierto el ya pobre guión de Jason Hall. Al parecer a Eastwood
le va mejor escenas íntimas (que no por ellos menos potentes o violentas) que
grandes escenarios, que para eso le deje el puesto a la maestra Bigelow que sí
sabe grabar escenas de guerra. No queremos decirle a Clint que se retire, pero
que sí quiere mantener su legado en alto se tome en serio esto de dirigir cine.
Sino “Gran Torino” seguirá siendo para siempre la película que resonará como “la
que debió ser su retirada”.
Finalmente, un comentario sobre el
lado político de la película. Es innegable que una cinta que narra las
peripecias del francotirador más letal de la guerra de Irak sería una historia polémica.
Y la película ha levantado las críticas más férreas de un sector liberal y la
defensa cerrada de los sectores más conservadores de Estados Unidos. Y si bien es
cierto que se siente cierto tufillo derechón en la cinta (Eatwood no deja de
ser, al fin y al cabo, una de las caras más representativas del Hollywood
republicano más conservador), esto no resulta lo peor del film. Cuantas
pelícuas geniales dejan ver sus intenciones políticas y no por eso ser menos
loables. El problema con “Americna Sniper” es que no hace lo que en primer lugar
una película debe hacer: contar una historia sólida. No entretiene, no nos
sumerge emocionalmente, no contribuye en nada. Se limita a ser una serie de
clichés estadounidenses (ahí que resulte algunas veces risible, ni hablar del
famoso bebé falso-muñeco que usaron para una escena) que evidentemente es una
tentación irresistible para los detractores del militarismo más acérrimo. La película
resulta ser simplemente un casquete vacío en la amplia gama de municiones que
nos ofrece el viejo Clint. Toca reivindicarte, maestro.
Nota: 10/20
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